"En realidad Dios tiene infinitos nombres, pues todo en Él es infinito. No importa mucho de qué manera el niño llame a su padre, de alguna manera lo hará. No podemos condenar a alguien porque tenga un nombre distinto al nuestro para dirigirse a Dios. El padre no estará feliz de ver a sus hijos peleando por la forma en que lo invoquen. Lo importante es que estamos coincidiendo en algo fundamental, y esto es, que debemos amarlo y servirlo."
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